La región de Capadocia, en el centro de la península de Anatolia (Turquía), es probablemente uno de los lugares más impresionantes y sorprendentes de la Tierra. Además de sus maravillas geológicas, como valles surrealistas y las chimeneas de las hadas, son especialmente interesantes sus restos arqueológicos, en su mayoría de época bizantina, entre los que destacan las ciudades subterráneas debido a su complejidad y grandeza.
La característica que hace de Capadocia tal y como es se encuentra en su composición geológica: la toba volcánica. La toba es una roca compuesta por cenizas compactadas de erupciones volcánicas, cuya característica principal es que se erosiona con rapidez y es muy fácil de labrar.
Es por esta razón que, desde la prehistoria, la gente que pobló esta región construyó las estancias de sus casas horadando directamente la roca, llegando incluso a labrar edificios de varias plantas e iglesias. La máxima expresión de este tipo de arquitectura llegó con la construcción de varias ciudades excavadas en su totalidad en la roca y con capacidad para miles de personas.
Se cree que la finalidad de estas ciudades subterráneas era la de defenderse de los continuos ataques de otros pueblos, por lo que en general la población vivía en aldeas en el exterior y solo residían bajo tierra en momentos puntuales de conflictos bélicos. Es posible que las partes más antiguas de algunas de las ciudades fueran excavadas hace unos 3400 años por los hititas, ampliándose posteriormente en varias ocasiones hasta llegar a su máximo esplendor con el imperio bizantino hacia los siglos V y X. En la actualidad se conocen al menos 37 ciudades subterráneas en esta región.
Estas ciudades estaban formadas por multitud de salas y túneles que se unían entre sí de forma laberíntica y que se disponían en diferentes niveles, llegando a tener hasta 20 pisos y pudiendo alcanzar los 80 metros de profundidad en las ciudades más grandes. Dentro de ellas existían estancias para todo tipo de uso cotidiano: cocinas, establos, bodegas, prensas de aceite, cisternas, comedores, almacenes y hasta iglesias. También contaban con un sistema de ventilación mediante largos pozos verticales y acceso a agua potable, lo que junto con grandes reservas de alimento, hacía posible una estancia “cómoda” en su interior durante meses sin necesidad de salir a la superficie. Se estima además que tenían capacidad para al menos 10.000 personas.
Dos de las ciudades subterráneas más grandes son Derinkuyu y Kaymakli. La primera fue descubierta en 1963 de forma accidental cuando un hombre derribó una de las paredes de su casa-cueva y se encontró con una habitación que conectaba con el resto de la ciudad. Derinkuyu fue abierta al público en 1969 y desde entonces es posible visitar 8 niveles de los 18 o 20 que se estima que puede tener, el resto está incomunicado o reservado para los arqueólogos. Al año siguiente de este hallazgo casual se descubrió la ciudad de Kaymakli. Esta ciudad cuenta con al menos 9 niveles descubiertos, de los cuales 4 están abiertos al público. También consta de un túnel en dirección a Derinkuyu (9 kilómetros al sur) que podría unir ambas ciudades, pero debido a que este pasadizo se ha hundido no se ha demostrado aún que los dos refugios estuvieran comunicadas.
En ambos casos disponían de un curioso sistema de defensa para evitar la entrada del enemigo. Colocadas en puntos estratégicos existían puertas de piedra de forma circular con un agujero en el centro, que podían llegar a pesar hasta 500 kg. En caso de emergencia, se hacían girar las puertas de tal manera que bloqueaban las entradas, siendo imposible moverlas desde fuera. El agujero central se usaba para agredir desde dentro a los atacantes usando lanzas. Otro método de defensa eran las trampas de dos o tres metros de profundidad que se excavaban tras un túnel largo y estrecho.
A. Mazaira
Estupendo artículo, como siempre.
Siento haber metido la pata con lo del email que os mandé, pero creo que el artículo resulta igual de interesante.
Tenemos que coordinarnos para próximas entradas, porque tengo el presentimiento de que vamos a coincidir en varios temas, como por ejemplo, nuestro amigo el supervolcán.
Como sé que sientes predilección por él, es todo tuyo. 😉
Nos vemos en Asturica.
jejej tranquilo Vilo, sabes que no hay problema. Me gusta lo del Supervolcán, pero algo tan DEVASTADOR como eso creo que sería mejor que lo redactaras tu jajajaj, le darías un aire más apocalíptico.
Saludos
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